La venta de Mirambel
Pío Baroja
Pío Baroja viajó por el Maestrazgo de Teruel, acompañado por su sobrino Julio Caro, en 1930.
En Mirambel encontró lo necesario para armar una novela: una tierra impresionante, abrupta y clara, de sobria grandeza, con un convento detenido en su austero misticismo y un pueblo muy romántico, labrado por leyendas truculentas, historias de templarios y episodios de la guerra carlista. Además de contar, de la mano de Aviraneta, la entrada de Cabrera en Berga, Baroja pintó un hermoso cuadro de paisajes dramáticos por el que pululan fugitivos y buscavidas, aldeanos y generales, náufragos todos en el río revuelto de la guerra.
Con voz propia
Edición de Carmen Caro
Carmen Baroja, hermana menor del escritor Pío Baroja y del pintor Ricardo Baroja, mujer del editor Rafael Caro Raggio, madre del historiador y etnógrafo Julio Caro Baroja y del documentalista Pío Caro Baroja fue una mujer con voz propia a comienzos del siglo XX.
En 1908 gana su primera medalla en la sección de Artes decorativas de la Exposición Nacional de Bellas Artes por un arca repujada en metal, y sin abandonar esa afición por los trabajos en metal, nos encontramos en 1917 con su primera colaboración conocida en la revista Mercurio, firmada con el pseudónimo Vera de Alzate. Años después, y como resultado de un viaje a Londres y París y de conocer de primera mano la diferencia en la situación de las mujeres españolas en relación con las de otros países, funda con un grupo de amigas sensibles a este problema el Lyceum Club Femenino en 1926, del que fue coordinadora de la sección de Arte.
Después de la Guerra Civil se dedica a escribir y por fin desarrolla una actividad profesional en la que siempre creyó como medio para lograr la independencia y la igualdad. Este libro recoge sus colaboraciones en publicaciones tan prestigiosas como el diario La Nación de Buenos Aires, la revista Mujer o El Español. Son artículos sobre temas muy diversos que van desde la historia del encaje en España, a la descripción de piezas de las colecciones de los museos que visita y las historias que le evocan, los enigmas históricos, asuntos de etnografía, etc. Además se incluyen varios artículos inéditos así como un cuento para niños y una pequeña pieza de teatro. Sus dotes literarias y el interés de sus artículos han contribuido a que hoy sea considerada como una referencia en el mundo cultural y uno de los pilares del movimiento feminista en España.
Laura o la soledad sin remedio
Pio Baroja
Compuesta y publicada en el exilio de París (1936-1940), se inspiró, en gran parte, en sus experiencias francesas y suizas y en ciertos sucesos de la Guerra Civil española, de los que tenía conocimiento en la capital gala.
El tema de la novela, que recuerda de algún modo el de El árbol de la ciencia, puede formularse como el sentimiento de soledad y falta de energía que aqueja a ciertas personas; en este caso, a Laura Monroy. Pero no todo es pesimismo en la obra, pues, en contraste con la protagonista, Mercedes García Pacheco, partiendo de una situación funesta, se va abriendo paso en la vida, no sin esfuerzo, hasta alcanzar una posición venturosa.
En Laura o la soledad sin remedio, Pío Baroja muestra de nuevo sus facultades de gran novelista mediante la imaginación y el manejo de recursos verbales de todo tipo; procedimientos en muchas ocasiones inapreciables, tras un estilo en “tono menor”, distintivo de sus imperecederas creaciones literarias.
Bienandanzas y fortunas
Ricardo Baroja
A finales del siglo XV el banderizo oñacino Lope García de Salazar escribe sus «Bienandanzas e Fortunas» en veinticinco libros. Los doce primeros narran la historia del mundo desde su creación hasta la caída en occidente del islam y los turcos; los siguientes se refieren a la historia peninsular y a sus pobladores e invasores. Los últimos libros los dedica exclusivamente a las guerras de bandos y linajes, entre oñacinos y gamboínos, que se sucedieron en territorio vasco al final de la Edad Media. En estas nuevas «Bienandanzas y fortunas» de 1939, Ricardo Baroja (hermano de Pío Baroja, hombre polifacético, reconocido pintor, grabador, aguafuertista; también actor, inventor y escritor, Premio Cervantes de Literatura en 1935) se deleita con las barbaridades relatadas por el viejo cronista vizcaíno en una divertida y fantástica novela ambientada en la edad media euskaldún. Una novela tragicómica, a ratos burlona y picante, a ratos violenta y cruel, de la que se desprende también la idea que los problemas de Vasconia no son de ahora, que quizás procedan de varios siglos atrás y que la barbarie y la violencia ya estaban presentes en aquellos tiempos lejanos.
Semblanzas
Pío Baroja
Pio Baroja cultivó con frecuencia la biografía literaria en formato breve. Lo hizo desde sus inicios como colaborador en distintos periódicos, publicando perfiles de autores vivos y muertos a los que admiraba, y lo siguió haciendo en sus obras de tono más autobiográfico, incluyendo unas interesantes memorias trufadas de opiniones sobre la intelectualidad de la época. Sin embargo, se da la casualidad de que jamás dio a la imprenta un libro con lo mejor de su producción dedicada a éste género. Por eso, desde Caro Raggio hemos querido llenar ese vacío con una antología –seleccionada y editada por Francisco Fuster García- con la que pretendemos poner al alcance del lector actual un número representativo de las mejores semblanzas escritas por el novelista vasco, agrupadas en un solo tomo y en una edición ciudada, pero accesible. Una –galería de tipos de la época- por emplear la fórmula barojiana –en la que los retratos de algunos de los personajes más relevantes de nuestra cultura (Ortega y Gasset, Galdós, Azorín, Unamuno, Valle-Inclán, Picasso, Sorolla) conviven con los de escritores y artistas que, pese a gozar de cierta fama en su época, son hoy en día unos desconocidos para el gran público.
En definitiva, un original y sugerente paseo por ese bosque animado que fue la España barojiana a través de esta pequeña colección de vidas en la que Baroja nos presenta a sus contemporáneos y nos habla, a la vez, de su propia persona.